Bodegas Piqueras y DO Almansa aparecen en un artículo publicado en la Revista MiVino-Vinum nº 211 Diciembre 2015.
En el artículo se habla de una variedad de uva muy presente en la DO Almansa: la Garnacha Tintorera, teniendo en cuenta el gran valor de la zona de nuestra Denominación de Origen a nivel geoestratégico, histórico, comercial y como no, vitivinícola.
En el reportaje se destaca también la dificultad de cultivo que tiene esta variedad de uva, por la complejidad para encontrar el punto justo de maduración del fruto. Pero que debido a la altura de los viñedos en la zona (750 metros de media) unido al clima continental mediterráneo, favorece la producción de la Garnacha Tintorera que es considerada casi como autóctona.
A continuación, puedes leer un extracto del texto en la Revista MiVino-Vinum que habla de Bodegas Piqueras, como germen de la D.O.:
Si hay alguien con un peso específico notable en la D.O. Almansa es Juan Pablo Bonete Piqueras. Al frente de Bodegas Piqueras junto con dos de sus hermanos, es toda una institución en la zona por ser una de las personas que mejor conoce el pasado, presente y futuro de la Denominación.
Su abuelo materno, Luis Piqueras, tuvo la fortuna de ser agraciado en 1927 con un décimo de la Lotería de Navidad. El premio lo destinó a ampliar la pequeña bodega situada en el casco antiguo de la localidad albaceteña que aún hoy se puede visitar. Por aquel entonces era una bodega destinada únicamente a la producción de vino a granel y no es hasta los años 60 cuando su yerno, Mario Bonete, padre de los actuales propietarios, cambia el rumbo de la bodega y la orienta de una forma casi visionaria hacia el embotellado. Todo esto en una década en la que además la D.O. da sus primeros pasos, siendo Mario el primer presidente del Consejo Regulador. Las casualidades de la vida hicieron, según nos explica Juan Pablo, que la primera botella que salió de la bodega coincidiera con la fecha de su nacimiento, allá por el año 1961.
Desde entonces, el espíritu emprendedor, tan de moda en nuestros días, ha estado presente en esta familia siempre con una premisa clara: apostar por la calidad de un producto siempre a precios ajustados para llegar al mayor número de personas. Hasta el 1973, ningún vino de la región había visto una barrica hasta que en Bodegas Piqueras se adquieren las primeras y comienzan a crearse los primeros vinos con crianza. Fruto del trabajo desarrollado durante todos estos años nació la estirpe de vinos Castillo de Almansa, con una calidad indiscutible y una vocación viajera que la ha llevado a aterrizar en algunos de los más difíciles mercados internacionales, como son los monopolios canadienses y escandinavos. Resulta curioso pensar que cerca de Alaska podamos encontrar el dibujo de la archiconocida fortaleza de Almansa en la etiqueta de uno de los vinos más internacionales de la zona. Tanto es así que Juan Pablo nos da un dato que nos hace pensar. Son los primeros exportadores de vino español en Canadá y en Finlandia y el 95% de su producción la disfrutan más allá de nuestras fronteras. Además, asegura que es más fácil vender una botella en el estricto mercado canadiense que en cualquier capital de provincia española. Supongo que llena de orgullo que un producto que nace en el seno de una región como la almanseña se consuma en los más recónditos lugares del planeta. Ahora bien, resulta necesario que entre todos trabajemos para que se pida con mayor frecuencia un vino de Almansa en las barras de nuestros bares.
En la actualidad trabajan 120 hectáreas de viñedo en propiedad y compran uva a sus proveedores de siempre. Esto hace que los viticultores cultiven las cepas con el criterio que les ha ido inculcando la familia Piqueras y que la relación sea de mutua confianza. En este año que se acaba se han cumplido los 100 años de vida de la bodega y lo han querido celebrar con la elaboración de un vino que lleva encerrado el conocimiento y el gusto personal del que lo ha engendrado.