La fermentación maloláctica es un proceso natural que se da en todos los vinos tintos, y por el cual el ácido málico, presente en la pulpa de muchas frutas, se transforma en ácido láctico. Este proceso, aunque se dé de manera natural, si se controla y se hace un seguimiento en la bodega, puede aumentar la calidad del vino en gran medida.
En Bodegas Piqueras llevamos a cabo un control y seguimiento de este proceso en la elaboración de nuestros vinos de alta gama para reducir la acidez del vino y dotarle de cuerpo. Los vinos ácidos poseen un carácter y potencia necesaria para soportar largos periodos de guarda y añejamiento en la barrica, con el fin de transformar la textura de cuerpo y densidad en el paladar.
La Fermentación maloláctica se da durante el invierno en los vinos de alta calidad. Los de menor calidad llevan a cabo su fermentación maloláctica en otoño. El proceso puede durar desde 3 semanas hasta un mes, y para realizarse, necesita calor, concretamente una temperatura de entre 16 y 20 grados.
FERMENTACIÓN MALOLÁCTICA EN BARRICA
Somos defensores de que los pequeños detalles marcan la calidad de nuestros productos. Por ello, llevamos a cabo la fermentación maloláctica de manera artesanal en barrica, y no en depósito de acero.
El hecho de hacerlo artesanalmente en barrica supone una mayor atención y cuidado, ya que el proceso se vuelve más delicado. Sin embargo, los resultados son evidentes: conseguimos que ganen en volumen y persistencia, dándoles más personalidad, pero al mismo tiempo, haciéndolos suaves al paladar.
Este proceso, poco controlable por la enología, es algo natural y propio del vino. En Bodegas Piqueras lo realizamos de manera que se respete la esencia original del vino e interviniendo en el proceso lo mínimo posible y sólo de la manera más adecuada.
Os mostramos algunas fotografías de cómo realizamos la fermentación maloláctica en nuestros vinos de alta calidad en barrica en Bodegas Piqueras.