En Bodegas Piqueras hacemos vino con el corazón. Nos tomamos muy en serio la calidad en todo el proceso de la elaboración del vino, y lo controlamos muy de cerca. Hemos crecido mucho en las últimas décadas, pero seguimos llevando el control sobre la producción como siempre, sin perder de vista el factor imprevisible de la elaboración del vino que solo puede acertar un buen enólogo.
Creemos que un buen vino nace en el campo, por eso llevamos una minuciosa selección de plantas, gestión de poda, sanidad de las viñas y control de calidad.
Tenemos maquinaria y tecnología punta para ayudarnos en el proceso de recogida, prensado, filtrado, embotellado y etiquetado, pero para escuchar el vino, sentir su evolución, crear los coupages perfectos para cada añada, no podemos automatizar; tenemos que estar presentes cada día, en cuerpo y mente, para encontrar el momento optimo para recoger la uva y elaborar el vino, y por eso hace falta paciencia, presencia, conocimientos y mucho corazón.
Seguimos siendo humildes ante la naturaleza y los factores incontrolables que condicionan nuestro trabajo año tras año. Queremos llegar lejos, pero nunca queremos perder de vista de donde venimos y lo que nos han enseñado nuestros antepasados. Seguimos aplicando el espíritu de nuestros antecesores y los conocimientos antiguos, a la vez que vamos aplicando nuevas técnicas y adaptándonos a las nuevas generaciones y las tendencias y gustos del mercado.